5 nov 2008

OBSESIÓN

Hay veces que una idea se nos mete en la cabeza y por más que lo intentamos y queremos, no la podemos sacar. Diagnóstico: obsesión. Un círculo vicioso del que es difícil salir.

Yo reconozco haber estado obsesionado, muy obsesionado con algunas cosas. Pero para lo que para mí ha sido un nudo, para otros es un espacio vital en el que nadie debe entrar.

Los síntomas de la obsesión son claramente visibles. Rechazo compulsivo, manías, malestar, enfados, insistencia. Pero al obsesionarnos también nos duele otra parte del alma com la inquietud o el miedo a sentirnos descubiertos. O la fijación por alcanzar nuestra meta.

La obsesión puede convertirse también en un dolor que nos oprime el pecho y el estómago y no nos deja vivir. Sinceramente, nunca había hecho el recuento, pero en realidad son demasiados síntomas para una enfermedad que a todos nos quita el sueño.

Hasta que llega un momento, en el que te das cuenta que no merece la pena seguir así. Una situación inesperada, un cambio, una variación, algo que te hace sentir que la obsesión se ha convertido en hastío. Y en ese momento no sabes que es peor. Pero la obsesión se te ha ido, que es lo que tenía que pasar.

En fin, la vida...

1 comentario:

Inma dijo...

Pues ya has tardado, y perdona que te lo diga pero me alegro.

Sinceramente, conociéndote desde que medías menos de 1 metro, nunca te había notado tan extraño...

Lo que sí merece la pena es vivir la vida con los que sí te quieren, con los que no te marean y sobre todo con los que siempre están ahí...

Un besito Candidito!