Polémica, mucha polémica ha suscitado el libro de Pilar Urbano sobre la Reina de España. Declaraciones altisonantes y comentarios fuera de toda la grandeza que se le supone por el cargo que ocupa. Cierto es que estamos en un país donde se reconoce la libertad de expresión, pero claro es también que la libertad de uno acaba donde empieza la del otro.
Leyendo algunos extractos, según viene este domingo en El País, se entiende que la Monarquía sigue siendo una instituación reaccionaria, conservadora y tradicional, incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos. En definitiva, vetusta y anclada en viejos tiempos que nada tienen que ver con la realidad actual del país. Y que no se culpa a la periodista, de clara tendencia borbónica.
Vayamos por partes. Habla de Religión: "se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida". ¿Libertad religiosa? Sí, por supuesto. Pero no para como estrategia para hacer un... ¿batiburrillo?... de religiones, y que al final, si disuelve el hecho religioso".
Considero que esta mujer no sabe dónde vive. España, desde 1978, es un Estado aconfesional, es decir, que permite la libertad religiosa. O sea, que es un derecho escoger la religión que se quiera. Y yo estoy de acuerdo con que se cree una asignatura que se llame Historia de las Religiones, que permita a los alumnos culturizarse y elegir. Pero no que venga dispuesto de antemano.
Homosexualidad: "Puedo comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual, pero ¿que se sientan orgullosos por ser gays? ¿Qué se suban a una carroza y salgan en manifestaciones? Si todos los que no somos gays saliéramos en manifestación... colapsaríamos el tráfico. Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión".
Y digo yo, ¿dónde está ese respeto? ¿Por qué no se van a sentir orgullosos de ser como son? ¿Por qué no pueden manifestarse? Si las leyes permiten que a su unión se le llame matrimonio, pues matrimonio. Y punto doña Sofía.
Aborto y eutanasia: "No estoy en absoluto a favor del aborto ni soy partidaria de la eutanasia. La vida y la muerte no están en nuestras manos. ¿Muerte digna? Totalmente de acuerdo. (...) El suicidio asistido es otra forma de presentarlo [la eutanasia], pero... ni en el nombre están acertados. ¿De qué se trata? De conseguir unos cómplices para un homicidio".
Está claro que es un importante dilema moral. Pero la sociedad avanza, y en ocasiones, la ciencia no puede dar respuestas. Ambas situaciones deben ser estudiadas en cada caso particular, pero creo que la última palabra la tiene quién lo sufre, y ante eso, no podemos objetar nada. En cuanto al aborto, en mi caso, si es con la persona a la que quiero, aunque no haya ningún vínculo matrimonial, no lo aceptaría. En otro caso, me lo plantearía, aunque creo que apechugaría. Muerte digna o eutanasia, totalmente de acuerdo en que se pueda llevar a cabo. No lo considero homicidio.
Violencia de género: "Violencia doméstica, palizas, incluso parricidios... han ocurrido siempre. Ahora se informa más y con todo detalle. En cierto modo, se provoca un contagio, se dan ideas que otros imitan. Los propensos tienen un filón en esas noticias".
Impresionante, me quedo sin palabras. ¿Lo está justificando? Me parece muy fuerte que se ampare en situaciones pasadas para referirse a uno de los males endémicos de la sociedad actual. Sencillamente, intolerable.
Feminismo e igualdad: "Fisiológicamente y psíquicamente, somos diferentes. (...) Sí, igualdad de derecho y derecho a la diferencia. Las leyes civiles no pueden ignorar las leyes naturales. (...) No soy feminista ni machista. No me gustan las cuotas en los cargos de dirección o de Gobierno".
Puede ser que aquí comparta ciertas de sus declaraciones, somos diferentes. Pero como también soy yo diferente a mis hermanos. Tampoco estoy de acuerdo con las cuotas, pero sin negar el cada vez más importante papel de la mujere en la sociedad. Y si hay más mujeres capacitadas que hombres, que no se coarte su capacidad.
Familia: "La inmensa mayoría de las familias son normales, como ha sido siempre la familia natural: marido, mujer, hijos, nietos... No una comuna de gente en aluvión, o trozos de familia, los hijos de él con la primera mujer, los de ella con el marido anterior, que se pretenden juntar de un modo artificial... Por muy potente que sea una moda, por mucha propaganda que le echen, hay cosas que no cambian, el hombre y la mujer, como pareja inicial, es una ley congénita con nuestra naturaleza. Y no es una ley de animales, es exclusivamente humana".
¿Cómo? ¿Qué? Un padre siempre será un padre, una madre una madre, y un hermano, un hermano. El conservadurismo es lo que tiene, que no acepta los cambios ni la realidad.
Republicanos: "No hay que ser republicano ni monárquico, sino cons-ti-tu-cio-na-lis-ta. Hasta el sindicalista o el comunista más acérrimo, si está con la Constitución, tiene que estar con la Monarquía, que es lo que ahí pone. (...) Hoy, un republicano en España está tan fuera del contexto actual del país como... un monárquico en Francia. Para los republicanos, nadie tiene derechos de cuna. Ahora bien, cuando esos republicanos son ricos, o tienen un negocio, o una casa, ¡bien que dejan las propiedades en herencia a sus hijos! Coherencia, pues".
Coherencia, Doña Sofía, coherencia. Coherencia ante el divorcio, ante los matrimonios gays, ante la libertad religiosa, ante la ley de muerte digna, ante el aborto, ante la ley de violencia de género, ante las opiniones de los demás, tan válidas como la suya. Ah, VIVA LA REPÚBLICA.
En fin, la vida...