De esta manera, con esta peculiar frase, despidieron a George W. Bush, tras lanzarle un par de zapatos, de Irak el domingo, en su última visita como presidente de EEUU. Las formas no son las correctas, pero un escarmiento de este tipo para tal sujeto nunca viene mal. Sobre todo, por el daño que ha provocado en muchos confines del mundo durante sus ocho años de mandato.
En fin, la vida...
3 comentarios:
He de reconocer que conforme pasan los años y voy conociendo más a los políticos -en el nivel que me muevo que no es alto ni mucho menos- cada vez me merecen más aversión. Me encanta cuando salta un espontáneo e intenta hacerles alguna putada, que si se llega a consumar, más placer me produce. Reconozco que soy un hombre pasional y más de una vez yendo cargadito he afirmado a voz en grito y en tono pontificador que pondría a todos en un paredón y me los cargaría sin vacilar -cómo se nota lo demócrata que soy-. Pero si hay algo que no me ha gustado de este episodio es tal flagrante y desconsiderada falta de respeto hacia un ser tan digno como es el perro. Los que no tienen la suerte de tener un perro no saben que se trata de un amigo fiel cuyo amor y cariño es incondicional y sólo se esfuma cuando se apaga su vida. Más rabia me da que arremeta contra los perros un árabe, un pueblo que por mucho que los progres de última hornada se empecinen en vivir en alianza de civilizaciones con ellos, me parecen de todo menos civilizados. El enfrentamiento zapato en mano entre el sujeto irakí ése y el Georgy me recuerda al que pudieron vivir en el pasado un emperador romano con un bárbaro. Tan despreciable un sujeto como otro, tanto, que ninguno se merecería llamarse perro, los perros, están muy por encima de ellos, tanto que ni hacen guerras ni chantajean a medio mundo con petróleo. Directamente son alimañas, lo más bajo del detritus humano. He dicho.
Entonces, si justificamos un intento de agresión...no nos podemos quejar de nada ¿no?
Claro que pasa, esa acción no está justificada, pero di que no te resultó, cuánto menos, digna de elogiar
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