Mi vida necesita un cambio de rumbo. Y esa es mi propuesta para ya, no voy a esperar a 2009, pues eso de ponerle fechas a las previsiones me parece una patochada. Si los cambios, los que tu decides, son para bien, mejor afrontarlos cuanto antes. Costará seguro, pero por intentarlo que no quede.
Claro está que también hay que contar con los avatares de la vida, con esos problemas, esos inconvenientes ante los que nada puedes hacer. Pero todo se trata de mejorar, de sentirse cada vez más a gusto contigo mismo, de seguir avanzando en el día a día. En ir, poco a poco, marcándote metas y superándolas. Ése y no otro, es mi reto. Porque como me dijeron hace poco, eso es la vida: la búsqueda constante de la felicidad.
Este año más que nunca, sobre todo en los últimos meses, me he dado cuenta de que las papeletas con las que yo juego en esta vida, que satisfacciones me han dado, no estaban premiadas. Hay que comprar más, en la ruleta de la vida no vale quedarse parado esperando que vengan a darte los premios, tienes que luchar por ellos hasta alcanzarlos.
Porque nadie dijo que esto era fácil. Y menos quitarte una imagen preconcebida. Pero quién no no arriesga no gana. Esto no significa que vaya a dejar de ser yo, ni mucho menos. Ni dejar de salir ni de hacer las cosas que me apetezcan, pero sí de poner un orden en mi vida. Seguir madurando en definitiva.
No sé si serán las cosas de la edad, que también, pero los sucesos de la vida implican cada vez más cosas. Se necesita más paciencia, menos impulsos, menos ganas de dar la nota, más responsabilidad, más preocupación por las cosas, más interés por los tuyos, más ganas de ser tú. Concretamente, madurez.
Son conclusiones a las que llega uno mismo tras tantos años danzando y sin que esa situación lleve a buen puerto. Y uno, que ve cómo a mucha gente las cosas le van bien, se pregunta porqué él no tiene esa suerte. Será que hay que ser más egoísta y quererse un poco más. Lo veremos poco a poco.
En fin, la vida...
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