Sí, todo parecía que venía rodado, que las cosas por fin empezaban a salir bien en todos los ámbitos de la vida, y en los últimos tiempos todo sale de manera diferente a cómo lo tenía planeado. Cómo si fuera un pack de regalos que funciona perfectamente hasta que, un buen día, no responde la misma manera.
La diferencia es que, en la vida, cuándo "compras" algo nunca tienes plenas garantías de que vaya a salir bien, aunque por momentos te sientas plenamente feliz con la manera en la van saliendo las cosas. Pero llega un momento en que todo deja de funcionar como un reloj, que alguna pieza se rompe, y todo cambia.
Todo cambia, y sin saber por qué, lo que tenías a tu alrededor, aquello con lo que te sentías feliz e identificado, se desmorona como un castillo de naipes. Y lo peor de todo, que no tienes a quién reclamar. Porque ese pack que era tu vida se te ha caído en tus propias narices sin que puedas hacer nada.
Ese pack que comprendía todo lo que querías, con lo que estabas plenamente a gusto, ya no está. Cuándo lo "compraste", nadie te advirtió de que podría salir mal. Que podría venir defectuoso con el tiempo. Y que por mucho que intentaras arreglarlo, por muchas cosas que hicieras para que volviese a funcionar, no era más que una rémora de difícil solución.
Sólo queda reunir fuerzas y ganas para adquirir otro e intentar que los errores, tanto tuyos como del pack, no se vuelvan a repetir. Aunque sabes que el próximo pack va a estar incompleto, que no tendrá cosas que siempre has tenido y que sabes que vas a echar en falta.
En fin, la vida.
2 comentarios:
Lamento mucho que ese pack se haya roto. Creéme que me da pena.
Pero esa es la vida: la búsqueda constante de la felicidad.
Sólo te pido que sigas contando con tus amigos cada vez que se te rompa un pack de esos que compras por un motivo muy sencillo: NOSOTROS, O POR LO MENOS HABLO POR MÍ, NUNCA NOS ROMPEREMOS PARA TI.
gracias hermano
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