La exclusiva destapada por el diario Marca sobre la chapuza en la última Asamblea del Real Madrid no debe quedar impune. Ramón Calderón, ese fantasmagórico personaje que se hizo con la presidencia del club gracias a la anulación del voto por correo, caso este que aún no está totalmente cerrado, debe dimitir tras este esperpento. Una gestión, que si en lo deportivo no ha estado mal encaminada, con títulos en ambas disciplinas deportivas,en lo social si deja mucho que desear.
Calderón está haciendo el rídiculo, y a las pruebas me remito: la división entre la masa social, los fracasos en los fichajes prometidos (Cesc, Kaká y CR7), el caso Lass-Huntelaar, el enfrentamiento con algunos jugadores, su falta de ética, su apoltronamiento al poder, su continuo afán de protagonismo, el no saber reconocer los errores. Todo está están convirtiendo a la entidad madridista en un hazmerreír, por lo que la salida más honrosa que le quedaría sería la dimisión y la convocatoria de elecciones.
Bajo mi punto de vista, esta sería la mejor solución, aunque con matices. A mitad de temporada creo que lo mejor sería aguantar el tirón y seguir para adelante, no dejar al Real Madrid vendido. Eso sí, en cuánto acabe la temporada, elecciones y Calderón para su casa. Una profunda limpieza es lo que necesita el Madrid.
Sencillamente, lo de la Asamblea, que ya olía mal, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Que no sólo introduzca a los Ultra Sur para defenderlo, sino que también meta a personas para aprovechar su voto y ganar la Asamblea me parece intolerable. Incluso uno de los "espontáneos" es socio del Atco. de Madrid. Es que tiene tela el asunto. Por dignididad, Calderón dimisión.
En fin, la vida...
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