5 feb 2010

LA PRISONERA DE TEHERÁN



Se trata de la autobiografía novelada de Marina Nemat, una cristiana iraní (perteneciente a una de las pocas familias católicas de este país islámico) que, muy joven, fue encarcelada durante los primeros años del régimen del ayolá Jomeini. El motivo: el ser la cabeza visible de una pequeña revuelta en su escuela (si así se puede llamar a pedir a una docente que se dedicará a impartir la materia en vez de adoctrinar políticamente a los alumnos), aunque podría haber sido otro, ya sea pasearse por las calles de Teherán cogida de la mano de su novio, o dejar que un mechón de pelo se asomase por el chaddor o pañuelo obligatorio es un país donde predominan el fanatismo islámico y la opresión de la mujer.

En el libro de sus memorias Marina Nemat deja al descubierto las injusticias y atentados contra los derechos humanos que sufrió durante los dos años que estuvo encarcelada en la prisión de Evin. Torturas, palizas, amenazas, violencia física, maltrato… Nemat, al igual que muchas prisioneras de la épocas, la mayoría de ellas aún adolescentes, tuvieron que pagar el alto precio de tener ideas diferentes a las del ayatolá. En este punto basta mencionar que en la dictadura teocrática iraní no solo se ahorca en las plazas públicas a los homosexuales. No. Como demuestra la autora, al igual que otras mujeres que tuvieron la valentía de contarlo, sus primeras víctimas fueron y siguen siendo mujeres. Condenadas al silencio. A la sumisión y a la oscuridad. A las más brutales formas de violencia.



A pesar de salir con vida, el precio a pagar fue demasiado alto. Obligada a renunciar a su fe, perdió el contacto con sus familiares, aunque su inquebrantable fuerza le ayudó a salir adelante aún con las dificultades impuestas. Con la esperanza de encontrar un vida mejor. Pero también con el resentimiento por haber sobrevivido a otras prisioneras que no tuvieron su misma “suerte”.

El miedo o, simplemente, la necesidad de ocultar una historia de horror y miedo la llevó a callar durante 20 años (ni siquiera su marido sabía lo que había sufrido en la cárcel). Hasta que no pudo más. El relato es un acto de valentía ante sí misma y su conciencia  para denunciar lo inhumano del régimen iraní. El fondo del libro es una repulsa a la falta de libertad y la violencia. Al miedo que ha llevado a cuestas durante toda su vida.

Una historia humana, cargada de dolor y sufrimiento que nos permite tomar conciencia de las dificultades de muchas personas en otros países en los que derechos fundamentales el respeto a la dignidad humana brillan por su ausencia. Y mientras, en los países occidentales, miramos para otro lado. Poco o nada parecen importarnos la suerte de estas personas que viven desde hace casi tres décadas en la cárcel en que los clérigos chiíes han convertido su país. Quitándoles lo más importante para un ser humano: LA LIBERTAD…

En fin, la vida…

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