29 oct 2008

EN FIN, LA VIDA

¡Qué díficil es la vida!, y las personas, como dirían otros. Y sí tienen razón. Es muy difícil entenderlas, saber que les pasa por dentro y llegar a entender ciertas cosas. Y puede que detrás de una sonrisa o de una pose de alegría haya una tormenta y no tengamos ni idea. Del mismo modo que detrás de la cara más seria puede haber un brillo de amor y que tampoco te des cuenta. Supongo que todo consiste en querer mirar detrás de la máscara.

Pues sí, es difícil de entender. Quizás porque todos en sí somos muy raros. Podemos ser leales a nuestras ideas y de pronto sentir un rayo de simpatía por alguien que quizás no se lo merezca. En este caso, podría ser que lo más adecuado fuera darle una patada a esa lealtad, sobre todo cuando nos lleva a arrimarnos al lado más turbio. O cuando por ser leales a nuestros principios ponemos en peligro lo que más queremos.

Pero también es complicado saber perdonar. Supongo que no nada es blanco o negro, que hay momentos oscuros, pero también hay otros de luz en los que sabemos que la vida merece la pena. Y tanto que la merece. Hay cosas que te conectan de nuevo, aunque la lealtad te aparte muchas veces de lo que más deseas.

Y cuando todo termina, cuando esa persona se va, te sientes un poco huérfano. Y sólo queda darle las gracias, la despedida, quizás hasta un regalo. En ese momento hay que tragarse las palabras de reproche, la rabia de que se acabe todo.

Es similar a la sensación que se tiene cuando se vuelve de un viaje o de haber vivido algo maravilloso pero inesperado, aunque deseado en tu fuero interno. Te quedan las buenas sensaciones y un sabor amargo porque sea todo ya un bonito recuerdo.

Pero resulta que, a veces, está en nuestra mano que la felicidad dure un poco más, sólo hay que atreverse a dar el paso y salir de la cómoda melancolía. Está en nuestra mano dar un paso al frente y defender lo que nos da la vida. También está en nuestra mano rechazarlo, somos seres de luces y de sombras, capaces de lo mejor y, muchas veces, también de lo peor.

Y es que la vida es muy rara, es una mezcla de encuentros y deserciones. En fin, esto es la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bonito lo q has escrito...
muchos besos niño!