18 ago 2010

TE ENVIDIO


Hoy tengo ganas de envidiar. Pero no es una envidia sana, no. Aunque, llegados a este punto, nunca he creído yo en eso de que exista una envidia sana. Como envidia se entiende la tristeza o pesar del bien ajeno, o la emulación, el deseo de algo que no se posee. Por tanto, sano, lo que se dice sano, no es.


  
Pero mi envidia hoy va más allá. Quiero hacerlo bien, con todas las letras. Con la E, con la N, con la V, con la D, con la I y con la A. E-N-V-I-D-I-A. Nada de envidias a medias, de esas que prometen ser sanas y estables. Nada de eso. Que no, que la envidia no puede cargarse de buenos sentimientos. O se envidia con maldad, con coraje, o no se envidia. No seamos hipócritas.

Voy a envidiar usando todo lo peor y más oscuro de la condición humana.  Te envidiaré cuando leas esto. Y también cuando cierres este espacio. También cuando pienses en este loco que está al otro lado de la pantalla. Me dedicaré a odiar a cualquier ser semejante que se me antoje. Empezaré por tu forma de vestir y de andar. Odiaré tu coche, tu manera de conducir, tu peinado y hasta tu perfume. Despotricaré contra tus lugares de vacaciones, los cosas y los lugares donde comes. Incluso me sentarán mal tus lunes, y, por supuesto, tus días de fiesta. Y, ¿cómo no? También envidiaré a tu familia, a tu lugar de trabajo y a tus viajes.

Me convertiré en tu sombra, a la que también odiaré. Mi objetivo es llegar a tu casa y verte, solo o sola y agotada o agotada. Tumbado en tu cama rendido o rendida a tu día a día que envidié. Quiero verte desmarañada o desmarañado y con legañas en los ojos.

Cuándo llegue ese momento, cerraré la puerta y me iré, porque entonces, será cuándo me envidies a mí. Será así porque todo lo mejor lo tendré yo…

En fin, la vida…

1 comentario:

Dulcinea87 dijo...

Guau! He llegado a este blog por casualidad pero creo que me voy a pasar por aquí muy a menudo.tienes mucha sesibilidad Cándido y escribes muy biem.